Acabo de leer en la prensa on-line la propuesta para los nuevos recortes que van a producirse en Educación y cuál será su repercusión inmediata en la escuela pública española: aumento de ratio de alumnos por aula, no se cubrirán bajas de profesores de menos de dos semanas, aumento de horas de dedicación lectivas para el profesorado…
Y todo esto en un momento singular, porque debido a la crisis y a las escasas posibilidades de encontrar trabajo, las cifras de abandono escolar han descendido como nunca, los jóvenes y no tan jóvenes vuelven a las aulas para mejorar su formación, la demanda de cursos de todo tipo crece exponencialmente…
El lugar común de la paradoja y el absurdo que esta crisis ha inoculado en nuestro día a día, se refleja en las conversaciones cotidianas que suelen concluir sistemáticamente con unos descorazonadores puntos suspensivos.
Es difícil sustraerse a ellos, hablar de otras cosas, más sencillas quizá, menos trascendentales. Si lo haces, corres el riesgo de que alguien te señale con el dedo y deje ir con la lengua un “Oye, ¿pero tú no sabes en qué mundo vives?”.
Pues hoy es lo que voy a hacer. Hablar de otras cosas.
Me gustaría hablar de que en el Mundo de los Recortes en el que vivimos yo recibo cada día noticias de profesores que cuando cierran la puerta del aula se sienten libres y se dejan la piel literalmente por cada uno de sus alumnos. Muchos son humildes y te dicen que “hacen lo que pueden”, pero a mí me consta que se dejan la piel y van a seguir haciéndolo. Maestros como Isa o como Juanjo, o como Silvia o como Pedro o como tantos otros…
También quiero hablar de las plantas, de las verduras y hortalizas, concretamente. Yolanda y Javi me trasmitieron su pasión y este año he vuelto a cultivar en mi terraza. Mi madre (74 años) y mi hija (4 años) somos un equipo. Nos lo pasamos pipa. El huerto nos une. Tenemos ya tantas anécdotas que nos falta tiempo para explicarlas. Queremos enrolar a mi padre también, él es un escéptico, ya no cree en nada, pero esperamos que pronto nos eche una mano…
Por supuesto, quiero hablar también de cine, de música, de teatro y, en general, de artistas de todos los lugares y de todas las épocas que enriquecen mi vida con sus creaciones. Especialmente me gusta ir con alguna amiga a ver exposiciones como las de Delacroix, Goya, Picasso…
Quiero hablar de los árboles y las montañas y los parques públicos a los que voy siempre que puedo…
Quiero hablar de la amistad, bueno, en realidad lo que quiero es desear a mis amigos que se animen a hablar de cosas sencillas, cosas sin importancia…
Y, para acabar el día, quiero desear a una amiga que está recuperando su salud una cosa muy simple: que mañana tenga un día un poquito mejor que este y pasado mañana otro poquico mejor y, así, ir haciendo. Aprovecho para adjuntarle en estas líneas un abrazo muy fuerte.
Muchas gracias por permitirme cambiar de tema un rato. ¡Ah! Todas estas cosas que he mencionado, también existen, aunque no salen en la prensa…
En la imagen, mi hija saliendo a dar un paseo con sus alas de mariposa.
